Un ecocardiograma es la prueba diagnóstica a la que todo deportista debería someterse al menos una vez en la vida. Además, por encima de los 40 años sería preciso de forma anual afrontar un test de esfuerzo o ergometria. Si has dado el paso de mantener un ritmo de entrenamiento constante y participar en competiciones, ni siquiera deberías dudarlo. Por mi parte, trato de cumplir con estos requisitos y, una vez más, acudo a realizarme mi revisión en la Clínica HLA Vistahermosa. Creo que es el momento, un par de semanas antes de embarcarme para el reto a nado en el Estrecho de Cook.
Mientras estoy en la consulta decido que sería positivo escribir en mi web sobre este tema. Cuento con amigos nadadores y corredores que se someten a entrenamiento físico casi a diario y que ni siquiera han pensado en el riesgo para su salud que ese descuido puede acarrearles. Entre ellos hay jóvenes, pero también deportistas que han superado la barrera de los 40 años.
Por curiosidad, antes de acudir a la consulta he estado echando un vistazo a algunas estadísticas. Por ejemplo, la Federación Española de la Medicina del Deporte calculó en 2018 que cada año, más de un centenar de personas que fallecen de muerte súbita está asociada al ámbito deportivo. El dato que me ha resultado más increíble es que el 95% de los fallecimientos se podrían haber evitado perdiendo unos cuantos minutos en el médico. Las cifras me alertan de la falta de concienciación a pesar de la tendencia social de cuidarnos físicamente.
En esta ocasión me atiende el cardiólogo Juan Antonio Quiles. Compartimos mis impresiones y algunos de estos datos mientras me preparo para la revisión. En su opinión, “a partir de los 40 años lo que interesa es descartar la aparición de una enfermedad coronaria. Es, sin duda, la responsable de los momentos desagradables que se producen durante una competición de alta intensidad”.
El doctor Quiles se muestra contundente cuando me explica que aún detecta un alto nivel de despreocupación entre los deportistas a pesar de que se trata de su corazón. Para este experto, un factor que debería cambiar es “la falta de control por parte de los organizadores de las pruebas deportivas. No exigen de antemano este tipo de revisiones, cuando son un elemento clave para la salud y el deporte.”
Siento que tiene toda la razón cuando dice que “es increíble la inversión que algunos deportistas realizan en equipamiento, como bicicletas o zapatillas, mientras no piensan en invertir en salud con una simple revisión. Incluso he llegado a detectar, en alguna ocasión, casos de personas que han ido a quirófano directamente.”
Para someterte a un ecocardiograma basta con tumbarte en una camilla y relajarte mientras los ultrasonidos de la máquina rastrean tu corazón. En mi caso no tardé más de quince minutos y tuve que esperar otros cinco o seis para recibir en mano mi informe, que constataba que mi órgano está en perfecto estado. Ni siquiera es necesario tomar ningún medicamento previo ni estar en ayunas. Le pregunto al doctor las consideraciones que debería tener en cuenta cualquier deportista antes de entrenar y la respuesta es muy sencilla “considerar si tu nivel de preparación es excesivo o si no se ajusta a tus condiciones físicas. No hay que competir contra uno mismo, siempre hay que tener claros tus límites.”