Como os contaba ayer, es el viento quien ha decidido el día del reto. ¡Por fin! Será mañana, 4 de julio.
Esta mañana hemos tenido una última reunión con el capitán Quinton Nelson y ha considerado que la mejor opción era apostar por el 4. La ventana está abierta hasta el próximo día 10, pero justo a partir del 5 empeora el pronóstico. Si sale todo según los previsto, a las tres de la mañana embarcaré sobre las cuatro en Donaghadee y sobre las cuatro me lanzaré al mar en dirección a la costa escocesa.
Desde que conozco que estoy a pocas horas del cruce, confieso que me encuentro inquieto y que entrenar y andar no es suficiente ejercicio y no logro relajarme. Aún así, ha llevado a cabo mi última hora de entreno en la playa de Donaghadee y la mente me dice que cuento con preparación suficiente para hacerme a la mar y resistir los obstáculos. Me espera una tarde de relax en el hotel e intentar robarle unas horas al sueño para llegar despejado a mi cita en plena madrugada. Estoy contento de tener a mi lado a mi equipo, a Marcos Martínez en nombre de los pacientes de AEAL y a Marián Lozano, que seguirá con su cámara el cruce paso a paso, gracias a la Fundación Asisa.
Me voy a la cama sabiendo que en este desafío no me libraré del viento. Solo espero que sople a mi favor cuando me encuentre en medio del canal.