Cuaderno de bitácora día 4: Jornada de convivencia
Jornada de convivencia. Compartir ha sido la clave de la jornada de hoy con mis compañeros de equipo: entrenar, comer, charlar, reír… en realidad lucho por estar relajado y no lo consigo porque el día del reto se acerca y apenas 24 horas me separan del gran momento. Hoy es el día de no saber qué contar y en el que cada hora cuenta mucho. Por la mañana y después de una intensa carrera nos hemos marchado a Aomori en autobús con idea de alquilar un coche y buscar una piscina. Lo primero ha resultado fácil y lo segundo imposible, ya que el horario de ellos y el nuestro eran totalmente incompatibles. De todas formas, un simple mapa nos ha dado la solución y nos ha indicado el camino hasta una playa artificial donde he entrenado una media hora junto a Jose Luis Larrosa. Después hemos comido con los demás en un curioso restaurante donde los asientos están en huecos del suelo, justo debajo de las mesas, para que la comodidad del cliente sea total y evitar así comer de rodillas. Algo más tarde hemos comprado víveres y en un “Todo a cien yenes” algunos enseres pensando en los avituallamientos del día del reto. Mañana será un día clave. Tenemos la clásica entrevista con el capitán del barco y un responsable de la organización Tsugaru Chanel que vigilará mi travesía. Por eso sé que los que acompañan intentan distraerme y que piense lo menos posible en lo que me ha traído hasta aquí. Entrenar, comer, reír, charlar… pero nada… no hay manera… el desafío sigue en mi cabeza. Para terminar el día supongo que un rato de spa me sentará bien. Aún no he tenido tiempo de saludar al sol naciente, aunque creo que esta puesta de sol también se merece un lugar de honor en nuestro cuaderno.