Amanece en Wellington y tengo la sensación de que ha transcurrido una semana desde que salimos de Alicante y no solo dos días. Hemos pasado 48 horas volando y recorriendo aeropuertos para llegar hasta las antípodas de España. Hoy, al abrir los ojos, me he dado cuenta del largo camino que hemos recorrido desde que en la estación, mi kayaker, Rafa Pastor, me entregó un dibujo y una carta escrita por su hija Aitana con consejos y recomendaciones para esta aventura. Me emocionó pensar que con 11 años se había levantado muy temprano para terminarla y hacérmela llegar.
El dibujo de Aitana
Tve
Desde entonces hemos compartido el reto con muchísimas personas que se han interesado gracias a las camisetas y la equipación de la Fundación Asisa que nos identifican. En Madrid le dimos un abrazo de despedida a Marcos Martinez que representando a GEPAC acudió a Atocha a desearnos suerte. Como ya sabéis, también nos recibió un equipo de TVE, cuya entrevista se emitió en el informativo de esa misma noche. Desde que bajamos de ese último tren no han dejado de sucedernos peripecias que resumiré en unas pocas líneas.
Una avería en el avión que debíamos tomar en Dubai nos obligó a desembarcar cuando ya estábamos preparados para el despegue y a peregrinar por el aeropuerto seis horas más de las previstas. Solo una carrera pudo evitar en Auckland que no perdiéramos el último avión para llegar a nuestro destino. En Wellington nos dio la bienvenida una noche de tormenta y nos subimos a un coche alquilado en el que no nos cabían las maletas. Películas, libros, sueño, comida basura y… muchas risas. El buen humor ha sido la clave para que las mochilas del viaje pesen menos.
Os cuento el plan para esta mañana: ¡Un buen desayuno y a entrenar!