El próximo mes de abril estaré atravesando a nado el Estrecho de Cook, en Nueva Zelanda. Son aguas agitadas, bravas, clasificadas como unas de las más peligrosas del mundo. Es el paso que utilizaron los pioneros europeos del siglo XIX para explorar el continente. En esta ocasión, me aventuro a nadar entre corrientes que provocan las mareas, vientos y tormentas eléctricas que unen las islas Norte y Sur, los dos brazos de tierra que componen el país.
Mientras preparo el viaje he leído crónicas que cuentan que uno de cada seis nadadores se cruza en su travesía con tiburones y medusas, una fauna habitual en la zona.
Llevo días diciéndome que no me voy a dejar intimidar por los obstáculos que han superado un total de 112 nadadores de todo el mundo desde 1962. Sobre los inconvenientes debe primar que el desafío será por una buena causa, que con cada brazada recibiré el apoyo de los pacientes de cáncer de AEAL y GEPAC. Además, me siento agradecido porque la Fundación Asisa sigue confiando en mí por muy inalcanzable que parezca el objetivo. No puedo olvidar el respaldo de mis compañeros del club de natación RC7 al que pertenezco. Sumando todas estas fuerzas, este será el quinto cruce que debo superar para lograr el título internacional de los Siete Océanos.
La resistencia es la clave para llegar hasta el final y he optado por inspirarme en una de las grandes leyendas del país: los All Blacks, el apodo que recibe la selección oficial de rugby. Seguramente habrás visto alguna vez la impresionante danza tribal que llevan a cabo antes de cada partido. Se denomina Haka y se trata de una danza ritual del pueblo maorí que ejecutan como grito de guerra o antes de luchar en una batalla. Con el objetivo de intimidar a mis enemigos: las condiciones adversas, el frío o el agotamiento, voy a preparar mi propio Haka mental.
Serán más de 25 kilómetros que separan las principales islas de Nueva Zelanda, entre el mar de Tasmania y el océano Pacífico. No me gusta hacer cálculos pero supongo que serán más de diez las horas las que estaré en el mar.
Gracias a todos lo que me acompañáis en cada viaje. Como siempre, junto a mis comparemos de equipo, os iremos informando de cada novedad.
¡Nos vemos en Oceanía!